Desde que sé que tengo muy cerca mi próximo tratamiento estoy de otra manera… Estoy feliz, es bonito, estoy más relajada, menos preocupada, me veo incluso guapa, que hacía mucho tiempo que me veía sólo normal, pero no me había dado cuenta…
Me alegro de estar así, y mi maridín también se alegra el pobre…
Esta semana hemos celebrado el primer año en la nueva casa. Hemos conocido el pasar de los meses y las estaciones en ella, los cambios de luz según, la temperatura máxima que coge en verano y la mínima en invierno… Ahora estamos mucho más en contacto con la naturaleza para lo bueno y para lo malo… Sería bonito pensar que tras éste año de adaptación a nuestra nueva vida se va a cerrar ésta etapa de pareja y va a empezar la de familia…
Hace unas semanas me planteaba si sería posible pasar por el tratamiento sin mucha implicación emocional, para alegrarme si funcionaría, pero quedarme parecida si no es así… Ahora ya no me lo planteo, sé que esto es imposible… Ya estoy contenta y ni siquiera he empezado aun… Voy a tener que sentir otra vez todo lo que venga sin escapatoria alguna… Vivir las emociones que traiga consigo el tratamiento…
Una vez más espero que funcione con todo mi corazón, exactamente como en todos y cada uno de los tratamientos… Y voy a vivirlo como si fuese el primero…
Pero lo más importante es que pase lo que pase sé que puedo con ello… Siempre amanece…